Donde hay luz también existe la sombra. ¿Dejaré de amar la luz porque produce sombras?
(Heinrich Lübke)

La desgracia abre el alma a una luz que la prosperidad no ve.
(Herni Dominique Lacordaire)

martes, 2 de marzo de 2010

Realidades básicas: Aceptar nuestra responsabilidad



Otro de los principales pasos a dar si realmente queremos salir de la oscuridad en la que nos encontramos es dejar de buscar otros culpables de nuestro estado actual, el único culpable de nuestra situación presente somos nosotros mismos.

Esto tiene que quedar muy claro. Hay que dejar de buscar nuestra felicidad en cosas materiales o personas ajenas, la única persona realmente capaz de hacernos felices somos cada uno. Tenemos que ser sinceros de una vez por todas y aceptar que los causantes de nuestra infelicidad somos nosotros. Hasta que esto no nos quede claro no seremos capaces de cambiar, y mientras no cambiemos no disfrutaremos la verdadera felicidad.

Siempre estamos lamentándonos de lo que nos hacen los demás, o de lo que no conseguimos. Primero, es imposible, dejemos ya de intentar cambiar a los demás, eso es una de las pocas cosas en las que seguro vamos a fracasar, porque no podemos... Pero es motivo de una gran alegría el saber que sí podemos cambiar nuestra forma de percibir las cosas, así como nuestra manera de transmitir cómo nos sentimos a los demás. Pongamos un claro ejemplo. Imaginemos una persona que está a nuestro lado de mala cara todo el día, sólo se queja y se lamenta. Al principio puede que queramos e intentemos animarla, pero esto no funciona, y con el tiempo acaba contagiándonos a nosotros o terminamos por detestar su compañía. Ahora imaginemos que nosotros somos esa persona amargada. ¿Es eso lo que queremos? ¿Que nos detesten o amargar a los demás? Al principio puede resultarnos difícil el mantener la sonrisa en la cara cuando nos sentimos tristes por dentro, pero con el tiempo veremos que funciona, que ya no nos sentimos tan tristes y que la gente nos mira de otra manera muy distinta. Alegrando el día de los demás nos alegraremos a nosotros a un mismo tiempo, pues lo que emitimos es lo que recibimos. En vez de pensar las 24 horas en lo mal que nos sentimos, pensemos en qué es lo que podemos hacer para sentirnos bien, y hagámoslo. Hay que romper este círculo vicioso.

En resumen, alejémosnos de toda negatividad, saquémosla de nosotros, busquemos dentro de nuestro corazón ese anhelo de felicidad, el entusiasmo, el amor por las cosas, y trabajemos con él, vistamos nuestro rostro con una radiante sonrisa que contagie a los demás, y empecemos a responsabilizarnos de nuestro estado y trabajar por mejorarlo... Los frutos de este trabajo serán realmente dulces. ¿Crees que no merece la pena el esfuerzo? Apaga la televisión, levántate del sofá, observa bien el cielo estrellado, al irte a dormir imagina paisajes bonitos, miraté disfrutando de cosas que te hacen sentir feliz, y dime quién es el que te priva realmente de ello.


3 comentarios:

  1. Muy cierto. La verdadera felicidad nace de nuestro interior, algo que nos puede quitar nadie. Si hay alguien el el trabajo que te toca las ****tas eres tú el único que puede solucionar eso, simplemente sintiéndote feliz sin importarte lo más mínimo. Y de paso le devuelves la pelota :P

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  2. Magnífica entrada, y qué razón tienes...

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  3. Steve DeMasco, maestro Kung Fu
    ¿Qué queréis en la vida? Esta es la auténtica pregunta, porque cuando lo sabéis, tenéis un objetivo, y cuando tenéis un objetivo, sabéis cuál es la dirección a tomar.

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